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Diferencias entre token y criptomonedas, detalles simples para aprender a conocer cómo funciona cada una y con confundirse.

Cuando se habla de criptomonedas se piensa en dos cosas que tienden a pensarse como iguales.

Es decir un token es una cosa y una criptomoneda es otra.

Por ejemplo: El token es como el “ladrillo básico” que está detrás de todas las transacciones digitales, desde las más simples a las más complejas.

Mientras que la criptomoneda es un token específicamente orientado a servir como medio de pago y reserva de valor.

Sin embargo en la práctica es cuando se dan las confusiones y a menudo las personas confunden los conceptos explica la página del BBVA.

En este sentido, un token representa una utilidad o un activo digital que puede tener finalidades muy diversas:

Entre ellas encontramos que se puede pagar por un trabajo, participar en un juego online, llevar a cabo una operación de finanzas descentralizadas (DeFi).

Así como acreditar la posesión de las acciones de una empresa o el derecho a percibir sus dividendos.

Inclusive dar acceso a unos servicios específicos en una plataforma o activar una recompensa en un programa de fidelización, entre otras muchas posibilidades.

En otras palabras es como tener fichas de un casino las cuales puedes intercambiar por más fichas o por partidas en máquinas de juego.

Por otro lado, la criptomoneda, es un token cuya principal finalidad es servir como medio de pago descentralizado de productos y servicios en el entorno virtual, además de como reserva de valor y ahorro.

diferencias entre token y criptomonedas

Diferencias entre token y criptomonedas analiza sus características

Según la página del BBVA hay cosas muy puntuales por las que se puede diferenciar a un Token de una Criptomoneda.

“Otra forma de distinguirlos es por las propiedades que caracterizan a las criptomonedas, que no tienen por qué cumplir los ‘tokens’: ser fungibles, divisibles y portátiles y tener un suministro limitado”, sostiene el banco.

Y detalla que esta confusión que a menudo se presenta se da por situaciones como la siguiente.

Por ejemplo, plataformas como CoinMarketCap clasifican como criptomonedas a bitcoin, ether y cardano (‘tokens’ nativos de las plataformas Bitcoin, Ethereum y ADA, respectivamente).

Pero como ‘tokens’ a tether, Dai y USD Coin, ‘stablecoins’ creadas en Ethereum.

Sin embargo, ether es una criptomoneda y también ‘token’, ya que se utiliza dentro de Ethereum para facilitar las transacciones entre usuarios.

Los tokens son esenciales en los Smart Contracts

Algo muy particular es que los tokens son esenciales para el funcionamiento de los contratos inteligentes, conocidos también como smart contracts.

Al ser compatibles con ellos revoluciona la forma en la que se han concebido hasta ahora las transacciones.

En este sentido, un contrato inteligente tiene la capacidad de ejecutarse y hacer cumplir sus condiciones de manera automática y sin intermediarios.

En resumen, en general puede decirse que el ‘token’ está en los cimientos de todas las transacciones digitales, desde las más simples a las más complejas, mientras que la criptomoneda es un ‘token’ orientado a un uso específico.

¿Qué son las criptomonedas?

Las criptomonedas son activos digitales basados en la tecnología blockchain que aseguran la integridad de las transacciones.

A su vez controlan la creación de unidades adicionales, es decir, evitan que alguien pueda hacer copias como haríamos, por ejemplo, con una foto.

Las criptomonedas cuentan con diversas características diferenciadoras respecto a los sistemas tradicionales: no están reguladas ni controladas por ninguna institución y no requieren de intermediaros en las transacciones. Se usa una base de datos descentralizada, blockchain o registro contable compartido, para el control de estas transacciones.

Su valor se determina según el mercado |

Diferencias entre token y criptomonedas

Ahora bien, cómo se le da valor a algo que no se puede tocar, a diferencia del dinero Fiat.

El valor de las criptomonedas varía en función de la oferta, de la demanda, y del compromiso de los usuarios. Este valor se  forma  en  ausencia  de mecanismos  eficaces  que  impidan  su  manipulación,  como  los  presentes  en  los  mercados regulados  de  valores.

En otras ocasiones se forman sin nada que los respalde y es por eso que hay tantas advertencias acerca de los riesgos que implican.

Sin embargo, cada vez son más las personas que por curiosidad, deseo de hacer dinero rápido, etc., compran criptomonedas.

Estas no tienen un respaldo bancario ni ente regulador, por lo que fluctúan en función del mercado o personas de influencia capaces de alterar con una sola frase todo ese mercado cripto.

De ahí que muchos expertos las ven escepticismo. Sin embargo, han ganado mucha popularidad tras la pandemia del Coronavirus.

Y siguen ganando adeptos a través de las diferentes vías por las que se pueden comprar, como exchanges, videojuegos, etc.

Incluso en Suiza han sacado una especie de tarjeta de regalo, al mejor estilo Amazon, pero de Criptomonedas.

A fin de que la persona invierta una cantidad en su moneda local y tenga acceso a criptomonedas y viceversa.

De dónde viene la idea de los Smart Contracts o contratos inteligentes

La idea de hacer un contrato que no tuviera intermediarios no es nueva. En realidad es la materialización de una visión de hace años.

Nick Szabo fue el primero en pensar en unos protocolos informáticos que permitiesen el comercio electrónico entre desconocidos y que viniesen a sustituir el papeleo legal.

Hoy un contrato inteligente hace referencia a un contrato que se ejecuta por sí mismo, refiere el portal del BBVA.

Estos contratos se dan sin que intermedien terceros y se escriben como un programa informático en lugar de utilizar un documento impreso con lenguaje legal.

El uso del ordenador es vital para que esto funcione y además, se firman de manera electrónica, almacenan documentación y por si fuera poco… Permiten hacer análisis y ejecutar alguna de las partes de su lógica interna.

Así lo explica Javier Sebastián, responsable de Regulación Digital de DLT de BBVA Research.

Por su parte Ramió detalla:

“Imaginemos que necesitamos un préstamo para emprender un negocio. La vía tradicional obliga a recurrir a la figura del banco que hace de actor para autorizar o no el crédito y cobrar intereses”.

Explica que a través de un contrato inteligente las personas pueden acudir a una plataforma DeFi y solicitar el préstamo directamente a otro usuario que lo ofrece.

Este tendrá unas condiciones que además serán de conocimiento público y se apreciará en la plataforma blockchain. Sin embargo, cualquiera no podrá auditarlo.

Tienen una proyección internacional

Los contratos inteligentes DeFi tienen una proyección internacional gracias a su tecnología.

Y a que su sistema financiero digital alternativo se puede utilizar en cualquier lugar del mundo.

“Se puede operar con cualquier usuario esté donde esté y de manera directa e inmediata”, acotó Ramió.

Los smart contracts son confiables | Diferencias entre token y criptomonedas

Otra de las características que el joven investigador y experto de esta tecnología resalta es la confiabilidad que poseen.

Dado que se trata de un sistema financiero que se basa en la confianza entre “usuarios que están sometidos a una tecnología transparente. No da lugar a infracciones ni está sometida a políticas internacionales de terceros”.

A diferencia de un contrato normal que se hace con el banco, este tipo de transacciones no se pueden modificar, así como la inflación no influye.

Lo que sí ocurre en la banca tradicional que permite la modificación del acuerdo a favor del banco mientras que el usuario debe ajustarse al cambio inflacionario.

 

 

 

 

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