Francia anuncia economía de Guerra

Francia anuncia economía de guerra.

El mes pasado el presidente de Francia, Emmanuel Macron, alertó de que Francia ha entrado en una “economía de guerra” ante el conflicto ucraniano.

Una declaración que vino acompañada de la “necesidad” por adquirir más armas y “reevaluar” la Ley de Programación Militar del país.

Para Macron es importante “organizarse de cara al futuro”. Admitió que “hay mucho que adaptar a las transformaciones profundas que se están dando”.

“Para aquellos que dudan de la urgencia de estos esfuerzos, es suficiente mirar hacia Ucrania, cuyos soldados piden armamento de calidad y que merecen una respuesta por nuestra parte”.

¿Qué es una economía de guerra y cómo afecta a la población?

Una economía de guerra se aplica en momentos históricos de fuertes convulsiones violentas, sean o no conflictos armados.

También en periodos de extrema autarquía con el objetivo de mantener el funcionamiento de las actividades económicas indispensables para la vida en un país, procurar el autoabastecimiento, garantizar la seguridad y la defensa.

Para ello se pueden aplicar medidas como el control de la política monetaria, ahorro en el consumo de energía, racionamiento en el consumo privado o aumento de la producción de material militar.

Francia anuncia economía de guerra

Explotación de infraestructuras de gas | Francia anuncia economía de guerra

Como parte de ese anuncio, el mandatario francés habló sobre la ley de “poder adquisitivo”, que será presentada al Consejo de Ministros en los próximos días.

Un proyecto que incluye un apartado de “soberanía energética” que otorga al Estado poderes sin precedentes para explotar las infraestructuras gasísticas francesas a su antojo durante este invierno en caso de crisis de suministro.

La versión provisional del texto del proyecto de ley prevé la requisición de las centrales de gas.

Así como el llenado forzoso de las instalaciones de almacenamiento.

En caso de no respetarse esto, los operadores de almacenamiento (Storengy, subsidaria de Engie, y Térega) deberán constituir -ellos mismos las existencias necesarias-, excepciones para acelerar la instalación de una terminal de importación de Gas Natural Licuado (GNL) en Le Havre.

Y el reinicio de la central de carbón de Saint-Avold (denominada Emile-Huchet), que fue cerrada de forma definitiva en marzo pero que espera volver a estar operativa a partir del 1 de octubre, según ha podido saber el periódico Les Echos.

En el caso de Le Havre, se pretende acelerar la instalación de una terminal flotante de importación de gas natural licuado (GNL) de Total Energies en el puerto de la ciudad de Seine-Maritime.

El Estado francés espera que su puesta en marcha sea, como tarde, en septiembre de 2023, para que así sea completamente funcional en el invierno del próximo año.

Una obra de construcción importante | Francia anuncia economía de guerra

Para que se cumpla todo esto se deberá construir la tubería de conexión que unirá el puerto con la red de gas.

Ello supone una cantidad de trámites y autorizaciones que generalmente suelen tomar su tiempo. Por lo que, ante la solicitud del Presidente ese proceso podría acelerarse.

Por otro lado, Gazel Energie, empresa que explotaba la central de carbón Emile-Huchet, podrá reactivarla y volver a tener contratos de una duración.

Como excepción, de un máximo de 36 meses y contar con la misma plantilla que tenía antes del cierre.

Respecto a esto último, los sindicatos han expresado su desconcierto ya que, según dicen:

“Sólo cuarenta empleados serían contratados de nuevo en lugar de los 70 previstos”.

El país ya cuenta en la actualidad con una central térmica de carbón, Cerdemais de 1,2 GW.

El carbón, un combustible que podría escasear

A partir del10 de agosto no se podrá importar este combustible fósil de Moscú, que representa un 46% del consumo total de la Unión Europea.

Frente al 40% que ocupa del gas y del 27% del petróleo, según datos de la CE.

El aumento de la demanda amenaza con comerse el ritmo de la oferta, pues en los últimos años las capacidades de producción de carbón no se han ampliado.

“Existen algunas preocupaciones nacionales sobre el suministro de cara al próximo invierno”, alerta la red europea de operadores de sistemas de transporte de electricidad (ENTSO-E) en un reciente informe.

Con todo, los precios del carbón experimentan un crecimiento sin precedentes en 2022, de modo que encarecimiento podría desencadenar una nueva ola de inversiones en la cadena de suministro.

Europa se está reinventando para no depender de Rusia | Francia anuncia economía de guerra

Como se sabe, Rusia es el principal productor y exportador de gas para Europa, por lo que, la guerra con Ucrania ha causado una enorme fractura.

El Viejo Continente está en búsqueda de nuevos aliados para restar poco a poco la dependencia del gas ruso.

En ese proceso se encuentran Francia, Austria, Polonia, Italia, Holanda, Grecia y Alemania, este último está en apuros, pues registró su primer déficit fiscal desde 1991.

La Unión Europea está optando por la apertura de sus centrales de carbón para auto abastecerse, dado que falta poco para el invierno.

La meta es apoyarse en la electricidad que produce este combustible fósil.

Sin embargo, algunos expertos ya advierten de que el plan de apertura de las centrales podría verse amenazado, precisamente, por la escasez de carbón.

España dice no tener necesidad de una economía de guerra

Mientras Francia se prepara para explotar las centrales de gas en caso de problemas de suministro.

Algo que podrá hacer al aprobarse la nueva ley de “poder adquisitivo”.

La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha asegurado que:

“En España no existen problemas serios de suministro”.

Además, recordó que los recientes problemas de suministro del gasoducto Nord Stream 1 (entre Rusia y Alemania), incidiendo en que el 11 de julio se producirá el próximo cierre temporal del tubo para examinar el estado de las instalaciones.

Ejemplo de lo que significa una economía en guerra

Como bien mencionamos al inicio de este artículo, una economía en guerra surge tras eventos muy puntuales.

A continuación veremos algunos ejemplos de lo que ha ocurrido cuando se declara este estado en un país.

Un buen ejemplo de esto lo encontramos en la Gran Bretaña de la Segunda Guerra Mundial, cuyos suministros sufrieron las consecuencias de la guerra submarina planteada por Alemania.

Esta situación de bloqueo trajo consigo un gran esfuerzo para producir la máxima cantidad posible de alimentos en suelo británico con los que abastecer a la población y las tropas.

Las cartillas de racionamiento en la España de la posguerra también responden a este tipo de estrategias.

La producción industrial de un país en economía de guerra también suele adaptarse a las demandas de un conflicto bélico.

Esto quiere decir que sus esfuerzos se orientan a producir exactamente lo que necesita para afrontarlo.

Precisamente, ese es el camino que siguió Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial:

La producción de guerra transformó radicalmente su industria.

Fábricas de automóviles como Chrysler se dedicaron a fabricar fuselajes de avión.

La movilización de dieciséis millones de personas hacia los distintos frentes de la guerra, en su mayoría hombres, hizo un hueco social.

Lo que dio pie para que otros colectivos, como las mujeres, los latinos o los afroamericanos, encontraran trabajo en la industria norteamericana.

En resumen

Una economía en guerra se manifiesta cuando el estado trata de abastecer a su población y a su ejército mediante recursos propios para reducir en lo posible la dependencia del exterior.

Sobre todo ante el riesgo de sufrir un bloqueo económico.

Esta estrategia se combina a menudo con:

  • El racionamiento de alimentos y otros bienes para ajustar al máximo el consumo
  • La puesta en marcha de medidas para el ahorro energético

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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