Las economías en desarrollo y sus retos actuales

Las economías en desarrollo y sus retos actuales.

Cada vez que suena la palabra economía emergente o en vía de desarrollo la población en general piensa en algo que está bien pero puede ser mejor.

Y algo de verdad hay en ese pensamiento popular porque los protagonistas de esa expresión son países que tienen mucho potencial pero no terminan de explotarlo.

Antes de adentrarnos en el contenido que nos trae aquí hoy, definiremos el concepto de este término para una mayor comprensión del  mismo y posteriormente analizaremos sus retos actuales.

Definiendo el concepto

Los mercados emergentes son aquellos países o economías que se encuentran en una fase de transición entre los países en vías de desarrollo y los países desarrollados.

En pocas palabras no son países del tercer mundo, pero tampoco son países desarrollados. Están ahí, creciendo a su ritmo, también decreciendo, pero entre todo, resaltan.

Se trata de países muy diversos con similitudes y diferencias.

Entre sus características comunes destaca su elevada población, “lo que supone un mercado importante y un consumo en auge a medida que la población local tiene mejores condiciones laborales, sociales y económicas”. 

Entre los inconvenientes que se suelen encontrar en estos países destacan los aspectos fiscales y los condicionantes burocráticos.

“Por lo que es necesario conocer y estudiar el mercado, la situación política y social del país e incluso aspectos culturales que puedan ser relevantes para mantener un buen trato con los empleados y el resto de los competidores”. 

Así sostienen desde esic.edu, un portal donde encontrarás con detalles la definición de términos como el que hoy desarrollamos en este artículo.

las economías en desarrollo

Países que entran en esta definición o categoría

Forman parte de lo que se conoce como mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) países como Argentina, Brasil, China.

También entran en este listado India, Chile, Colombia, Polonia, Filipinas, Pakistán, Egipto o Marruecos.

Características de las economías en desarrollo

A continuación veamos cuáles son las características de este tipo de economías en desarrollo.

Son aspectos que todas tienen en común y que sirven como indicador de lo que ocurre en cada país sin hacer una descripción detallada.

El primero de la lista es su desenvolvimiento en el ámbito internacional, pues tienen mucha proyección y ofertas de inversión atractiva.
Pero debido a su inestabilidad política no logran consolidarse como potencia.

Otra característica es que se desenvuelven o van creciendo en situaciones de incertidumbre.

Además poseen una situación particular con las divisas que genera una alta volatilidad y también cambios sociales profundos, llenos de contrastes.

Sin embargo, carecen de una clase media consolidada capaz de impulsar la economía del país.

En resumen:

  • Internacionalización: Son países que están abriendo sus economías al exterior de una manera muy importante.
  • Presentan riesgos de inestabilidad política: Se están produciendo grandes transformaciones políticas. No solo en las reformas y propuestas, sino también en las ideologías.
  • Crecen en situaciones de incertidumbre: Aunque crecen a altas tasas, este ritmo puede no ser constante. Digamos que su crecimiento es frágil, puesto que son economías débiles.
  • Divisas volátiles: Presentan divisas cuyo valor varía con cierta frecuencia. Intentan ser controladas, pero en la mayoría de los casos no se consigue.
  • Profundos cambios sociales: El crecimiento económico viene aparejado de grandes cambios en la estructura social. No solo en los cambios de pensamiento e ideas, sino también en la educación o la pobreza.
  • Ausencia de una clase media fuerte: Los países desarrollados se caracterizan por tener una clase media fuerte. Es decir, simplificando mucho, unos pocos pobres, muchas personas de clase media y unos pocos ricos. En el caso de los mercados emergentes hay muchas más personas cerca de la pobreza que de la clase media.
  • Gran potencial de crecimiento: Todos coinciden en que tienen grandes potenciales de crecimiento económico.

Las economías en desarrollo y sus retos actuales

Según la última edición del informe Perspectivas económicas mundialesse espera que el crecimiento mundial se desacelere del 5,5 % en 2021 al 4,1 % en 2022 y al 3,2 % en 2023, a medida que la demanda reprimida se disipe y vayan eliminándose las iniciativas de apoyo fiscal y monetario en todo el mundo.

La rápida propagación de la variante ómicron, además, indica que probablemente la pandemia continuará alterando la actividad económica en el corto plazo.

Se proyecta que el crecimiento caiga del 4,6% en 2022 y al 4,4% en 2023 entre los MEED, informa el Banco Mundial (BM) en su portal web.

El panorama plantea peligros particulares para los MEED. En primer lugar, la notable desaceleración en las principales economías —entre ellas Estados Unidos y China— reducirá la demanda externa de bienes y servicios en numerosos MEED.

Los retos actuales de estos mercados y economías es continuar trabajando en políticas que sirvan de muro de contención contra la inflación.

El Banco Mundial sostiene que es necesario promover una recuperación verde, resiliente e inclusiva.

Una para la que se necesitan políticas integrales, junto con una cooperación mundial enérgica en materia de vacunación, deuda y clima.

“Los encargados de la formulación de políticas pueden dar prioridad al gasto en proyectos que impulsan las perspectivas de crecimiento a largo plazo, por ejemplo aquellos que facilitan la reducción de los grandes déficits de inversión”, dice el BM.

Hay que darle un impulso y enfoque integral | Las economías en desarrollo

También sugiere que una mayor movilización de ingresos internos puede ayudar a reponer los recursos de los mecanismos de amortiguación fiscal agotados debido al colapso de los ingresos relacionado con la pandemia.

Y acota que se puede respaldar un aumento del gasto público.

Asimismo, “es necesario un enfoque integral para revertir el aumento de la desigualdad mundial provocado por la COVID-19”.

El informe plantea que se necesitan reformas que mejoren la productividad para aumentar los ingresos per cápita.

Para implementar muchas de estas recomendaciones de políticas se requerirán considerables recursos fiscales, lo que no es fácil en una época de endeudamiento sin precedentes.

Por consiguiente, será necesaria una mayor cooperación mundial para aumentar los recursos fiscales a disposición de las economías en desarrollo de bajos ingresos.

También implica respaldar el sistema de comercio mundial basado en normas y facilitar un clima para la inversión que fomente un crecimiento más rápido de la productividad.

Los desafíos en materia de deuda: no repetir los mismos errores

El Banco Mundial considera que los niveles de la deuda mundial se dispararon como resultado de la pandemia.

Estamos hablando que la deuda mundial total, que asciende al 263% del PIB, ha alcanzado su nivel más alto en 50 años.

El aumento abarcó tanto la deuda pública como la deuda privada. Se manifestó tanto a nivel de la deuda externa como de la deuda interna, y en las economías avanzadas y los MEED por igual.

Este incremento de la deuda, junto con la recesión económica mundial causada por la COVID-19, ha aumentado las vulnerabilidades de la deuda en los MEED, especialmente en las economías de bajos ingresos.

Más de la mitad de los países más pobres ya se encuentran en una situación crítica a causa del sobreendeudamiento o están en grave riesgo de padecerla, comenta la institución.

Las iniciativas de alivio y de reestructuración de la deuda requerirán una mayor transparencia, ya que la actual falta de claridad sobre los compromisos de deuda puede alterar el análisis de sostenibilidad de la deuda y retrasar el alivio hasta que se conozca el monto total que adeuda el país.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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