De la idea al negocio
Un refrán popular dice que del dicho al hecho hay mucho trecho, eso quiere decir que de la palabra a la acción hay un camino corto o largo que dependerá de la persona.
Y es que cuando alguien quiere emprender suele tener ideas, sueños, se proyecta, comienza un camino que lo lleva a tomar decisiones acerca de qué tipo de negocio es mejor, etc.
De la idea al negocio hay un camino interesante que implica pasar por varias fases.
Siendo la primera: analizar y ver si de verdad es lo que se quiere, si es rentable o es algo que se necesita.
Para pasar de aquello que se sueña o visualiza a un lugar comercial en el que funciona una empresa, se requiere de varios elementos que iremos desarrollando en este artículo.
Lo primero que todo emprendedor considera valioso es: “tengo una idea”, lo siguiente que hace es preguntarse, ¿y ahora cómo la hago rentable?
De la idea al negocio
Que puede leer en esta nota
- 1 De la idea al negocio
- 2 Haz un análisis del mercado
- 3 Respuestas de todo tipo
- 4 Fase 2 para emprender y pasar de la idea al negocio – Presenta tu solución
- 5 El poder de los early adopters
- 6 Creación del prototipo del producto
- 7 Coloca un precio razonable – De la idea al negocio
- 8 Mide el impacto y alcance que has tenido
- 9 ¿Notaste la evolución?
Un emprendedor comienza por planificarse, proyectarse y dar pasos concretos que lo conduzcan hacia la materialización de ese hecho.
El asunto clave aquí es ¿qué vas a hacer con la idea y si vas a ejecutarla?
Muchas personas tienen ideas, todos los seres humanos tienen ideas, más no todos las llevan a cabo y logran convertirlas en negocios rentables o aportan algo al mundo con ellas.
Esto sucede porque para pasar del dicho al hecho se necesita de corage, fe, y preparación.
Para empezar, lo único que hace falta es la determinación para lograr ese sueño y saber que a los demás no les importa tanto la idea como a quien la tiene.
Es decir, las personas piensan que su idea es valiosa para otros, pero en realidad, si quieres hacer realidad ese sueño debes trabajar duro para desarrollarla y darle el valor que merece, porque nadie más lo hará.
Así que, el primer consejo que nos regala el empresario venezolano Gustavo Adolfo Mirabal Castro, quien se desempeña como asesor financiero en Dubái es: arranca por hacer un análisis de mercado.
Haz un análisis del mercado
Antes de hacer todas las gestiones para abrir el local y comenzar a vender, hay que hacer un análisis del mercado, agarra la idea que tienes y haz el ejercicio de buscar cómo es la competencia.
Analiza cómo se mueven las cosas en el rubro que te gusta y quieres incursionar.
El análisis permitirá conocer cuáles son las ventajas y desventajas de tus competidores, información valiosa para saber dónde hay baches y poder marcar la diferencia.
El hecho de llegar al mercado sin conocer cómo funciona es muy peligroso.
Generalmente, las ideas surgen de un problema, una necesidad, algo que “no está bien” y entonces hace falta que “el emprendedor” venga para resolverlo.
Desde esta perspectiva, ya hay empresas dando soluciones, entonces ¿qué es lo que vienes a ofrecer?
Todo esto va en la primera fase del análisis de mercado…
El segundo aspecto dentro de este punto es, en relación al mercado que estás evaluando ¿cuál es el mayor problema o desafío al que te estás enfrentando?
Respuestas de todo tipo
Una vez que haces esa pregunta, las respuestas serán de todo tipo…
Ahí es cuando más atento se debe estar porque la información que brinden aquellos a los que preguntaste serán el secreto.
El secreto para desarrollar una solución que te permita ser efectivo en el momento en que entres para hacer competencia.
De esa forma vamos llevando el concepto de “idea” a la creación de un negocio.
Cada respuesta producto del análisis que se está haciendo se vuelve los insights del nicho que estás indagando.
Insights es todo aquello que conecta con las necesidades de algo o alguien, es algo con lo que las personas se identifican.
Por ejemplo: Si una página que vende productos online es muy pesada, y al hacer el estudio de mercado las personas tienen en común que la página es lenta, porque pesa mucho…
Entonces el insight común es: “Necesitamos velocidad en nuestras páginas”.
Y si tal vez eso no estaba en tu idea de negocio, es una necesidad latente que necesita ser resuelta.
Como resultado: cuando salgas al mercado ofreciendo opciones para ese sector, habrás ganado.
Esto es lo que se llama conocer los “secretos” del mercado.
Fase 2 para emprender y pasar de la idea al negocio – Presenta tu solución
En la segunda fase luego que has hecho el estudio de mercado se debe comenzar a expresar las soluciones que tenemos para resolver los problemas o situaciones que encontramos.
Una vez que sepamos las necesidades es hora de elaborar la solución y presentarla, dar a conocer la idea que se tiene.
En esta fase se busca crear el vínculo entre aquellas personas que están desde hace tiempo buscando la solución y no la habían hallado, hasta que apareciste.
Se trata de decirles lo que tienes y “enamorarlos”, que quieran ver el producto, comprarlo, esto se llama los “early adopters”
Estos son los primeros clientes porque tiene problemas específicos y están a la búsqueda de productos que puedan solucionarlos.
“A ellos no les importa si tu producto es perfecto, incluso están dispuestos a escribir acerca de tu producto para darte ideas de cómo mejorarlo, es decir crean un feedback con tu empresa”, indica el portal https://destinonegocio.com/
El poder de los early adopters
Aunque esa solución que estás brindando aún tenga detalles que necesite pulir, los early adopters estarán dispuestos a pagar por ella y hasta ayudarte para que culmines pronto.
Te darán sugerencias y al mismo tiempo promoverán esa solución en el resto del mercado.
El sociólogo norteamericano Everett Rogers hizo un gráfico que a continuación vamos a presentar, en el que aparecen las diversas fases del emprendimiento.
O más bien del producto que se está dando como solución.
Rogers decía que los primeros clientes que tiene una empresa antes de convertirse en masiva son los early adopters y los innovadores.
Estos son aquellos pocos clientes que siempre quieren estar a la vanguardia.
Una vez que estos han validado un producto, este tiene una curva de crecimiento y son adoptados por una mayoría de pragmáticos.
Luego son adoptados por la mayoría conservadora, para finalmente capturar a los escépticos.
Creación del prototipo del producto
En esta fase ya se tiene una idea clara de lo que el nicho al que se apunta está requiriendo.
Al mismo tiempo, se ha validado tal información gracias a la exposición de la solución.
Esto trae como consecuencia que haya personas interesadas en el producto que se les quiere ofrecer…
Con este panorama, ya es hora de crear un producto mínimo viable (MVP) por sus siglas en inglés.
Mediante la cual se vaya aplicando esa solución a los primeros clientes. Llegará el momento en que el prototipo ya esté finalizado y todos disfruten de tu creación en absoluto.
Coloca un precio razonable – De la idea al negocio
Con el producto en marcha es momento de colocar un precio razonable y venderlo.
Quizá al principio no se venderá al precio que se estimaba y esto es porque poca gente lo conoce, sin embargo, a medida que se conozca el producto, la solución, etc, se hará más rentable.
Esto te dará también un feedback por parte de quienes compren el producto.
Mide el impacto y alcance que has tenido
La mejor forma de saber cuál es el impacto que has tenido con ese producto es midiéndolo, aprovechando el feedback que ya tienes.
Aprende de lo que has hecho, de los errores cometidos y finalmente volver a construir nuevas estrategias de crecimiento, de mejora del producto, etc.
¿Notaste la evolución?
Al principio de este artículo se tenía una idea, luego se fue transformando en patrón de pensamiento, tomando en cuenta una planificación de acciones.
Las cuales condujeron a un proceso de análisis de mercado, de evaluar los resultados para conseguir el secreto o insight a fin de dar soluciones.
Y una vez que estaban listas presentarlas, conseguir esos primeros clientes que enganchen con tu propuesta y crear el prototipo.
Finalmente, medir el impacto, el alcance y tomar en cuenta los feedback obtenidos para construir nuevamente.
¡Así pasamos de la idea al negocio!
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