Constancia: Se destapan los negocios de Gustavo Mirabal un hombre dedicado al empresariado y asesoría financiera.
Nacido en Caracas, se fue de Venezuela representando a su país en una faceta muy conocida ya que era atleta ecuestre.
Antes de describir esa etapa de su vida, ahondaremos en la empresarial que es donde viene cosechando grandes logros recientemente.
Actualmente vive en Dubái y lleva a cabo su labor empresarial desde el Centro Financiero Internacional.
Junto a él su esposa e hijos, quienes le acompañan en cada momento y etapa de crecimiento profesional.
Constancia: Se destapan los negocios de Gustavo Mirabal
La constancia es una de sus más destacas virtudes, esa que está presente y lo distingue a donde quiera que va.
Hijo de abogados, decide seguir el legado de sus padres y enfocarse con el tiempo en el área financiera.
Cuya experiencia comienza en Caracas, trabajando en el sector bancario.
Abogado egresado de la Universidad Santa María, abrió su propio bufete al que puso por nombre Mirabal & Asociados.
Con el pasar de los años este se extendió y ahora cuenta con sedes en varios países. La carrera de Gustavo Adolfo Mirabal Castro se internacionalizó.
Algo que llegó producto de su pasión: el salto ecuestre. Un deporte mediante el cual representó y exaltó el nombre de Venezuela.
Tras su paso por este medio muchas personas conocieron al hijo de Gustavo Mirabal Bustillos, hombre vinculado a la política venezolana.
Y que en un tiempo fue miembro de Acción Democrática, ex miembro del Congreso Nacional, ex ministro de Fomento (gobierno de Jaime Lusinchi) y ex gobernador del estado Miranda (1985).
Así como presidente del Instituto Nacional de Hipódromos.
Como abogado desempeñó un excelente trabajo siendo un ejemplo hacia su hijo quien más adelante se inclinó a estudiar leyes.
Gustavo Mirabal Bustillos también fue propietario a su vez de Tropigold el caballo campeón de los años ochenta. Probablemente, por su trayectoria y victoria en el mundo ecuestre le confiaron la gran responsabilidad de tomar la presidencia del INH (Instituto Nacional de Hipódromos) a finales de esa década.
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La perseverancia lo ha llevado a conquistar más allá de las fronteras | Constancia: Se destapan los negocios
La constancia encuentra su aliada en la perseverancia, otra cosa que está inmersa en este venezolano que no se rinde ante las adversidades.
Hay etapas de su vida en las que se ha encontrado con desafíos que aparentan ser tan grandes e inalcanzables, al menos desde el punto de vista de algunos.
Sin embargo, cuando se trata de algo que le apasiona, a este hombre no hay quien lo pare: Perseverancia otro valor en la personalidad de Gustavo Mirabal Castro.
Cuando buscamos en un diccionario la definición de la palabra constancia nos encontramos que se trata de una:
“Voluntad inquebrantable y continuada en la determinación de hacer una cosa o en el modo de realizarla”, Concepto Diccionario en Línea.
Y en este sentido, es precisamente lo que caracteriza a este empresario que logrado multiplicarse en su equipo de trabajo y al mismo tiempo diversificarse.
Puesto que su bufete ofrece servicios mercantiles, jurídicos y también financieros.
Hoy día se encuentra asentado en la ciudad de Dubái con su familia y desde allí lleva a cabo un estudio detallado de lo que ocurre en el día día a nivel local sin perder de vista el global.
Desde este Emirato Árabe, el más nombrado y conocido por el mundo, un caraqueño sobresale por su capacidad de liderazgo, eficiencia y compromiso con sus clientes.
Los cuales desde varios países han depositado en sus manos la confianza que amerita guiar a una empresa en su área financiera.
Gustavo Mirabal es testigo de cómo los sueños se hacen realidad gracias a la responsabilidad, profesionalismo y calidez humana.
Su esposa, Carolina Mirabal lo describe como un hombre amoroso con ella, sus hijos y su familia.
“Él siempre está pendiente de nosotros y es muy determinado en lo que hace”, acotó.
Un sueño ecuestre, una pasión empresarial
Los sueños se cumplen tras mucho trabajo, esfuerzo y dedicación, de eso está convencido el abogado que antes que nada fue atleta.
Jinete de salto, amigo de caballos, apasionado por la vida en un rancho, las tareas que conlleva tener estos animales y sobre todo, sentirlos como parte de la familia.
Tal sentido de pertenencia, disciplina y constancia, hicieron que, para entonces, el pequeño Gustavo Adolfo encontrara su primera ruta de vida.
Desde muy pequeño estuvo rodeado de caballos y es que su padre, fue propietario del stud Trabucazo, de un haras en Venezuela y tuvo caballos vencedores. Entre esos destacaron campeones de los años 80 como Tropigold, y Rayo Láser.
Luego de crecer en un ambiente equino decidió que era momento de comenzar su propia historia al mejor estilo vaquero.
Es cuando inicia su etapa de jinete infantil a los 9 años en el circuito de La Lagunita en el estado Miranda.
Empezó a competir y desde entonces los caballos fueron sus mejores amigos.
Llegó la adolescencia y con ella la secundaria, por lo que estudió un tiempo los Estados Unidos y volvió para cursar la carrera de leyes en Caracas.
Las competencias seguían y su experiencia tanto en el deporte como en el bufete también lo hacían.
Se muda a Florida con el firme sueño de crear un espacio donde jinetes y caballos aprendieran uno del otro, reforzaran técnicas, etc.
Allí es cuando su perseverancia se puso a flote.
“La perseverancia te lleva lejos” | Constancia: Se destapan los negocios
Siendo atleta desde la infancia conocía muy bien cómo era el mundo del deporte ecuestre, y por eso se empeñó en cambiar de rol.
Se trasformó de jinete a empresario, un paso que le criticaron mucho porque no lo creían capaz.
Es entonces cuando la perseverancia lo lleva lejos, lo motiva e impulsa para hacer realidad tal anhelo.
Para el 2009, quienes lo criticaron en su momento fueron testigos del nacimiento de G&C Farm, que quiere decir: Gustavo y Carolina.
Varios años duró esta experiencia que lo catapulta al escenario internacional como un hombre de negocios.
Y es cuando mediante la Constancia: Se destapan los negocios de Gustavo Mirabal, el hombre al que la pasión le sobra, la perseverancia lo caracteriza.
Su firmeza lo llevó a convertirse en el hombre que soñaba. El atleta que se veía como empresario, el abogado internacional.
Cuando un ciclo termina, otro comienza
Ese negocio de la granja de caballos duró un par de años hasta que fue el momento de abrirse paso y retomar otra área que le apasiona como son las finanzas.
Un camino que lo condujo hasta Madrid y que cerró con broche de oro porque realizó una gira promocionando sus caballos.
Al punto de que el jinete de salto Sergio Álvarez Moya abrió su propio centro de entrenamiento equino.
Y por si fuera poco uno de estos majestuosos animales se coronó como campeón de Europa a bordo de Álvarez Moya.
De ese modo cerró con broche de oro para mudarse a Dubái y consolidar su bufete en suelo árabe.
Donde labora en compañía de un talento humano que junto a él vigilan el comportamiento de las bolsas, crean estrategias e impulsan a sus clientes.
La constancia es un como un sello en Gustavo Mirabal, el hombre de los caballos, las leyes y las finanzas.