FMI predice una caída del PIB ruso del 6% en 2022

FMI predice una caída del PIB ruso del 6 % en 2022.

Una predicción que se extiende al 2023 donde se calcula que la caída sea del 3,5 %.

El Banco Mundial espera una contracción del 8,9 % en 2022 y del 2,2 % en 2023.

Incluso el Banco Central de Rusia advirtió que la segunda mitad del año será más dura y pronostica una recesión de entre el 4 % y el 6 % en 2022.

Así como del 1 % y el 4 % en 2023.

En definitiva, Rusia sufrirá una recesión pero no será una calamidad, comparada con la evolución turbulenta de su economía desde la caída de la URRS.

Y nada, en comparación con la caída prevista de entre el 35 % y el 45 % de la economía ucraniana.

Un poco de contexto…

El pasado 24 de febrero Rusia invadió militarmente a Ucrania, un golpe que el mundo no veía venir pero que ha generado estragos de todo tipo.

Y es que las consecuencias no sólo para los ucranianos, quienes han visto cómo destruyeron carreteras, viviendas civiles, instalaciones militares…

Así como el asesinato de miles de mujeres y niños que nada tienen que ver con las tensiones políticas.

Todo el mundo literalmente está pagando las consecuencias de este conflicto bélico que se acrecentó con sanciones internacionales.

Pero también con el cierre del chorro que suministraba gas y electricidad a Europa. Por lo que este año se espera que el invierno sea más frío.

De hecho, los gobiernos europeos están buscando nuevos proveedores de crudo y gas a fin de suplir la demanda de su población en la época más fría del año.

FMI predice una caída del PIB

FMI predice una caída del PIB ruso del 6 % en 2022

La crisis generada por el ataque militar de Rusia contra Ucrania trascendió las fronteras de ambos países y generó crisis de varia índole.

Por un lado hizo que los precios de la energía se encarecieran en Europa, mientras que en África el trigo para la elaboración de harina y alimentos escasea.

Y es que tanto Ucrania como Rusia son los más grandes exportadores de trigo al mundo, por lo que, al tener por meses las fronteras cerradas se perdió cosecha y retrasó la cadena de suministro.

Un factor que se suma a la crisis de contenedores de China y la inflación mundial de la que ninguna nación se ha escapado.

Con este panorama internacional la guerra se ha convertido en un fenómeno de impacto global que afecta la economía dramáticamente.

Tan así que tanto Estados Unidos como los países europeos están buscando nuevos proveedores de petróleo y gas para cubrir sus necesidades.

Considerando a países con los que tenían tiempo que no negociaban en esa materia, como Venezuela por ejemplo.

Dudas sobre la mejora de la economía rusa

En este mismo portal hemos reseñado las mejoras de la economía rusa a pesar de las miles de sanciones impuestas.

Ahora mismo, Rusia es el país más sancionado del mundo con casi 7.000.

Pero volviendo al tema en cuestión, los medios de comunicación hablan sobre una especie de maquillaje de la información.

Asomando que todo se trata de una forma de no decir lo que pasa verdaderamente a nivel interno, muestra de ello es el nivel de desempleo.

“Resulta sospechoso que se encuentre en mínimos desde la invasión, puesto que numerosas empresas internacionales han realizado ERTE al parar temporalmente sus actividades en el país”, señala el portal https://theconversation.com/.

En este se dice que a pesar del cierre de esas transnacionales:

“No se ha registrado una explosión de personas desempleadas. De hecho, la empleabilidad y la reducción de la inflación han permitido a los rusos continuar consumiendo”.

Cambios profundos para mantenerse en el tiempo | FMI predice una caída del PIB ruso

Expertos como Levon Kameryan, analista del sector público y soberano de Scope Ratings, considera que se deberán hacer cambios profundos para que la economía rusa mejore de verdad.

Scope es el principal proveedor europeo de calificaciones crediticias independientes, análisis ESG e investigación de fondos.

Además ofrece una visión alternativa a las agencias de calificación de América del Norte en la evaluación de los riesgos financieros.

Y riesgos no financieros y los impactos ESG en una amplia gama de clases de activos.

Desde su experiencia, Levon Kameryan sostienen que para que la economía rusa vuelva a los niveles pre pandemia deberá hacer una transformación real.

Porque lo que el mundo ha visto hasta ahora es la transformación del modelo económico de Rusia para resistir un mayor aislamiento económico a largo plazo.

Pero para que “eso funcione requerirá una profunda reforma para despojar a la economía de su prolongada dependencia del sector de las materias primas”, dice.

Tales reformas exigirían reducir el papel del Estado en la economía y promover el sector privado, “algo difícil de encajar con el creciente enfoque autoritario del Gobierno actual”, apunta Kameryan. 

No hay mucha motivación por parte de la inversión privada

Actualmente, se calcula que el Estado ruso representa alrededor de un tercio de la producción económica del país y la mitad del empleo del sector formal, una cifra muy superior a la de la mayoría de los países de la OCDE.

Esta dependencia ha desalentado la inversión privada, ha frenado la productividad y ha agravado las ineficiencias económicas.

Recordó que la inversión total en la economía rusa ascendió al 22% del PIB en 2021, cifra ampliamente inferior a la de la mayoría de los países de Europa Central y Oriental de la UE, como Hungría y la República Checa.

Países donde el coeficiente de inversión era de alrededor del 30%.

Según este experto, la baja inversión limitará el crecimiento ruso en los próximos años.

Las importaciones también han disminuido | FMI predice una caída del PIB ruso

El analista Levon Kameryan enfatizó en que las importaciones también se han desplomado desde febrero.

Esto incluye la alta tecnología, procedente de las economías avanzadas.

Un elemento clave, ya que Rusia depende en gran medida de la importación de componentes de maquinaria y equipos eléctricos, ordenadores, automóviles y productos farmacéuticos.

Acota que el porcentaje de valor añadido extranjero supera el 50%, y aproximadamente la mitad procede de la UE, Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Japón.

Kameryan advierte que reemplazar una importación de esa magnitud no se logra de la noche a la mañana comprando productos locales o provisión china.

Finalmente indica que las sanciones también han contribuido a empeorar las tendencias demográficas adversas.

“El número de personas que se jubilan ha superado a las que se incorporan al mercado laboral. Según las previsiones de la ONU de julio de 2022, esta proporción se deteriorará aún más, hasta situarse en 3,4 a 1 en 2030”.

Consecuencias que ya vive Rusia a causa de la guerra

Muchos podrían pensar que las noticias sobre la recuperación económica o estabilidad financiera rusa son mentira, pero, verdaderas o no, sí están padeciendo consecuencias.

Tan es así que va mas allá de lo que pueda o no pensar la gente.

Según The Economist, la sanción más potente reside en la limitación de exportaciones occidentales hacia Rusia.

Esas exportaciones incluyen bienes como softwares, semiconductores y otros productos intermedios, claves para la industria mecánica y militar rusas.

De hecho, los equipos militares rusos ya sufren la escasez de semiconductores, conectores, transistores y componentes que antes se importaban desde EE UU, Alemania, Países Bajos, Taiwán o Japón.

Por lo que, se ven obligados a desempolvar viejos equipos de la era soviética.

Ni siquiera pueden sustituirlos por componentes chinos, ya que el gigante asiático tampoco produce los microchips más sofisticados y los tiene que importar de Taiwán o Corea del Sur.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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