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El síndrome del impostor es una forma de pensar y creer que no eres suficiente para alcanzar lo que te has propuesto.

¿Y, qué tiene que ver esto con las finanzas? Tal vez eres de los que dicen “¡Estoy solvente, me va bien!” “No tengo miedo”, pero este síndrome va más allá de una forma de pensar y afecta todo.

Quienes sufren de esto no necesitan alguien que les diga que está haciendo mal algo, ellos son su propio verdugo.

Creen no merecer sus logros, subestiman sus propias capacidades y tenemos un miedo constante a ser “etiquetadas” como un fraude.

Si alguna vez te sentiste así, es importante que sepas que no estás solo o sola. De hecho, es más común de lo que se cree. Hoy vamos a hablar sobre cómo podemos identificar este síndrome y cómo se puede combatir.

el síndrome del impostor

¿Cómo nos afecta el síndrome del impostor?

Este síndrome puede encontrarse en diferentes aspectos de nuestras vidas, desde el laboral, pasando por lo social, hasta la relación con nuestras finanzas.

Si bien afecta al 70% de las personas, de acuerdo con el estudio The impostor phenomenon publicado por la revista International Journal of Behavioral Science, las mujeres son más propensas a padecerlo.

Un informe de Access Commercial Finance en Reino Unido, revela que las mujeres tienen un 18% más de probabilidades de sufrir este síndrome, debido a la brecha de género que existe en el mundo laboral y financiero.

Entonces, es clave identificarlo para entender qué es lo que pasa y cómo superarlo.

¿Cómo saber si tengo ese síndrome? Te contamos cuáles son los síntomas 

  • Pensar que todo lo que has logrado es cosa del azar o porque te tienen lástima

  • Falta de confianza en las capacidades que nos han llevado a nuestros logros.

  • Miedo a que los demás descubran el fraude que creemos ser.

  • Inseguridad e inestabilidad en el ámbito académico, laboral, financiero y en las relaciones sociales.

  • Expectativas de fracaso ante situaciones similares a las que antes hemos superado con éxito. Es como vivir en un trauma constante.

  • Desmotivación y pensamientos tristes sobre lo que eres como persona y tus fortalezas

  • También puede que sintamos ansiedad, tristeza o desesperanza.

En el área financiera

Cuando se trata de nuestras finanzas, el síndrome del impostor nos lleva a pensar cosas como:

“Mis ingresos son muy bajos para lograr cualquier objetivo financiero que me proponga, no vale la pena ahorrar”.

“Es imposible ahorrar”.

Tengo muchas deudas, nunca voy a poder salir de ellas” o “tengo muchos gastos, nunca voy a tener finanzas sanas”.

La buena noticia es que es posible luchar contra estos pensamientos y eliminarlos de nuestra relación con las finanzas.

Por tal motivo la persona no ahorra, se gasta todo y se endeuda, lo que trae más frustración a su situación emocional.

Pero, ¿Cómo puedo dejar atrás el síndrome del impostor?

Como siempre hemos dicho en este portal, la planificación y la educación financiera son la clave para ordenar nuestras finanzas y también son la salida para dejar atrás esos pensamientos negativos.

Cuando trabajamos en nuestra educación financiera, podemos identificar las emociones que nos hacen pensar que no merecemos cumplir nuestras metas, ganamos confianza y además, aprendemos cómo armar un plan para alcanzarlas.

Otra forma de salir de esta especie de “prisión mental” es aprendiendo que tienes limitaciones y necesitas ayuda.

Hay personas que se ponen máscaras y creen que lo mejor es aceptar que los demás son mejores o que ellos son los superpoderosos. Cuando en realidad aunque haya muchas cosas buenas hay que sanar.

Compararte con otro nunca será una salida, por eso, en vez de mirar afuera, mira hacia adentro y conócete, admite que no eres perfecto, busca ayuda y decide creer en que eres capaz y hay mucho potencial en ti.

¿De dónde viene el término? | El síndrome del impostor

Pauline Clance, quien acuñó el término por primera vez, en 1978, dice que ella misma lo sufrió cuando estaba en la escuela.

“Cada vez que hacía un examen importante tenía un miedo terrible de haber suspendido. Mis amigos se estaban empezando a cansar de mis constantes preocupaciones, así que decidí guardarme los miedos para mí”, relata Pauline en su blog.

La BBC recopiló también otra cita al respeto:

“Pensaba que mis traumas se debían al entorno educativo. Pero después me convertí en profesora y comencé a escuchar testimonios de otros alumnos, que sacaban muy buenas notas, y que tenían el mismo problema”.

Pauline, es psicóloga clínica actualmente y relata cómo uno de los alumnos se acercó a ella y le dijo: “me siento como un impostor hacia toda esta gente tan brillante”.

Fue entonces cuando, junto a la la doctora Suzanne Imes, decidió escribir un ensayo para hablar abiertamente sobre el trastorno.

“La mayoría de las personas que sufren el síndrome del impostor no dirían que se sienten como impostores. Pero cuando oyen hablar sobre el tema a menudo exclaman: ‘¡Así es exactamente como me siento!'”, asegura Clance.

¿Cuáles son los cinco perfiles más comunes? | El síndrome del impostor

La doctora Valerie Young, pionera en el estudio de este trastorno, categorizó los comportamientos relativos al síndrome del impostor en los siguientes cinco grupos o perfiles.

Los cuales presentamos a continuación. Tomados del portal web del Banco Santander.

  • Perfeccionista: aquellas personas que se proponen metas demasiado altas y siempre piensan que lo podrían haber hecho mejor, aunque tengan éxito.
  • Superhumano: para cubrir sus inseguridades, estas personas creen que necesitan trabajar cada vez más, lo que puede acabar perjudicando su salud mental y su relación con los demás.
  • Genio natural: son quienes suponen que todo debe salirles al primer intento o de forma fluida, y se frustran cuando no es así.
  • Individualista: escogen hacerlo todo por su cuenta y sin pedir ayuda a los demás por temor a que se evidencien sus supuestas incapacidades.
  • Experto: consideran que no han sido honestos y tienen miedo a que los descubran.

¿Te identificas con alguna? Si es así comienza a trabajar para que pronto puedas ser libre de esos pensamientos y disfrutes de quien eres y de lo que haces.

¿Cómo se origina?

El síndrome del impostor tiene sus raíces en varias situaciones que impactan la vida de una persona al punto de llevarla a dudar de sí misma, a veces un poquito, a veces un poco más, pero otras, demasiado al punto de afectar la salud emocional y mental.

  • Dinámicas familiares disfuncionales en la infancia: cuando se somete a la persona a una gran exigencia para obtener buenas calificaciones o hay alguien cercano a quien se suele reconocer por sus logros, provoca que se generen comparaciones de manera constante.
  • Estereotipos de género: las mujeres suelen padecer en mayor medida estos trastornos a causa de las presiones que existen para conjugar la vida profesional con la exigencia social de ser madres.
  • Ser demasiado autoexigente: cuando una persona tiene expectativas excesivamente altas sobre sí misma y nunca llega a cubrirlas, esto le genera altos niveles de ansiedad y posibles bloqueos mentales.
  • Percepción distorsionada del éxito, el fracaso y la competencia: en general, estas personas tienden a hacer esfuerzos desmesurados por objetivos que después no compensan.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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