Su renombre deportivo le precede, pero su pasión son las finanzas… Gustavo Mirabal, un hombre de números y proyecciones empresariales.
Siempre con la mirada en el crecimiento de sus clientes, atento a las necesidades de cada uno y respaldado por un equipo que hace posible tal labor.
Así es la vida profesional del abogado y asesor financiero Gustavo Mirabal Castro.
Un venezolano que ha triunfado en el exterior por su disciplina, conocimiento y experiencia en el derecho.
Y es que ser abogado le ha permitido tener ventaja sobre aquellos asesores formados exclusivamente en finanzas.
Por ejemplo, con Mirabal & Asociattes tendrás el consejo oportuno de negocios que necesitas y al mismo tiempo asesoría legal.
Así que podrás llevar a cabo tus inversiones sabiendo que tu capital, patrimonio, etc, está en manos de expertos que saben lo que hacen y sobre todo, que están para impulsarte.
A Gustavo Mirabal le apasiona este trabajo en el cual lleva mucho más de una década.
Y aunque su renombre deportivo le precede, su pasión son las finanzas.
El bufete que nació en Caracas y se ha expandido por el mundo | Su renombre deportivo le precede
Que puede leer en esta nota
- 1 El bufete que nació en Caracas y se ha expandido por el mundo | Su renombre deportivo le precede
- 2 Dubái el nuevo centro de trabajo
- 3 Uno de los hobbies más importantes de Gustavo Mirabal Castro
- 4 Las primeras barreras y los ejemplos que sembraron la semilla
- 5 Entre caballos, estudios y viajes de formación |
- 6 Su renombre deportivo le precede, pero su pasión son las finanzas
- 7 La granja de las controversias y elogios G&C Farm
- 8 De la mente a la realidad
- 9 Cómodo para caballos y jinetes
- 10 Jinetes formados en G&C Farm | Su renombre deportivo le precede, pero su pasión son las finanzas
Gustavo Mirabal admira tanto a sus padres y la labor que estos hacen como abogados que se enamoró del derecho.
Carrera que estudia en Caracas y tras egresar abre su propio bufete llamado Mirabal & Asociados.
Una vez que este abre sus puertas se inmiscuye en la faena y Gustavo Mirabal se aventura por el mundo del derecho para ejercer su carrera.
Poco a poco llegaron clientes privados y públicos, hasta transnacionales solicitando sus servicios.
Lo que marcó el inicio de una proyección internacional que no se detiene y ha brindado la posibilidad de tener oficinas en Estados Unidos, España, Inglaterra, Francia, Dubái y Abu Dhabi.
A través de este bufete Mirabal lleva a cabo una labor de asesoría en materia de impuestos, patrimonios familiares, inversiones inmobiliarias, Family Office.
Mirabal & Asociados es el bufete que a lo largo de los años le ha valido al hijo de Gustavo Mirabal Bustillos para convertirse en un exitoso abogado.
Así como asesor financiero con reconocimiento internacional.
“Mis padres son abogados y esa pasión con la que siempre los he visto trabajar es la que me inspiró para ser abogado como ellos”, contó Gustavo Mirabal.
Dubái el nuevo centro de trabajo
Con el fin de llevar a sus clientes a un nuevo nivel y desarrollar una visión de trabajo de impacto glocal decide mudarse a Dubái.
Allí lleva a cabo una labor de análisis detallado y estudio de la economía local a fin de conocer cómo funciona.
Y posteriormente orientar a sus clientes acerca de inversiones, posibilidades de crecimiento, estrategias para penetrar en nuevos mercados.
Hacer alianzas estratégicas y lograr que las metas de sus clientes se cumplan e incluso superen.
Como buen asesor financiero se ocupa de ese estudio minucioso y diseño de estrategias que ha denominado Glocal, es decir, algo global pero con una fuerte mirada loca.
Uno de los hobbies más importantes de Gustavo Mirabal Castro
A este hombre su renombre deportivo le precede, pero su pasión son las finanzas.
Y es que desde niño tiene una historia con los caballos, animales con los que creció y aprendió a montar.
Al principio por diversión pero con los años es también un hobbie y una pasión.
“Esa complicidad que se genera entre jinete y caballo es algo único y maravilloso que te hace sentir tan bien”, contó tras una entrevista sobre su trayectoria como atleta.
En este sentido, aunque Gustavo Mirabal es un hombre de negocios también tiene una historia personal e inspiradora con el deporte ecuestre.
Este relato de su vida que leerás a continuación habla sobre su niñez en el estado Miranda y su juventud como atleta activo.
Ahora está dedicado totalmente a los negocios financieros en Dubái, pulmón económico de los Emiratos Árabes Unidos.
Sin embargo, gran parte de su vida está relacionada con fincas, hipódromos y pistas de salto.
Gustavo Adolfo Mirabal Castro tiene además un buen gusto y es por eso que además de ser un exitoso abogado y asesor financiero también está en el negocio inmobiliario.
Área en la que tiene la facultad para asesorar pero también comprar, remodelar y vender para aumentar su patrimonio.
La Moraleja es que se puede ser tan versátil en la vida como se quiera serlo y así mismo triunfar en cada proyecto.
Las primeras barreras y los ejemplos que sembraron la semilla
Tenía menos de 9 años y su padre estaba al frene del Instituto Nacional de Hipódromos.
Para ese entonces las visitas al óvalo caraqueño eran fijas y los jinetes parecían “volar” en la pista. Algo que para un pequeño resultaba impactante.
Aquel niño sintió curiosidad por saber qué se sentía estar sobre semejante animal, así que le dijo a su padre que quería también sería jinete.
Y aunque era muy pequeño para estar abordo de un ejemplar adulto se despertó ese deseo por ser como uno de los jinetes que veía correr en la pista.
De manera que dio su primer paso y se montó en los lomos de un pony fuerte, robusto que le brindó la seguridad que todo niño necesita.
Poco después comenzó a montar saltando sobre varias barras y esto se convirtió en la pasión de su vida.
Una pasión que hoy está repartida entre el Gustavo Mirabal abogado y asesor financiero, pero que siempre tendrá sus bases en la equitación.
Una disciplina que le enseñó los fundamentos bajo los cuales se rige su personalidad y estilo de vida.
Incluso ahora que está retirado de toda competencia esos valores están sembrados en su mente y corazón.
Disciplina, orden, constancia, excelencia, son cosas que lleva grabadas en la memoria y que se desarrollaron tras cada entrenamiento.
Entre caballos, estudios y viajes de formación |
Su renombre deportivo le precede, pero su pasión son las finanzas
La vida de un atleta activo conlleva mucho sacrificio, horas largas de entrenamiento, formación constante y cuando esto se combina con la cotidianidad es un tanto abrumador.
Sin embargo, esas barras también las saltó Gustavo Mirabal quien estudiaba su secundaria a la par que competía.
Posteriormente viajó a Estados Unidos para seguir con su preparación académica y retorna a Venezuela para culminar el bachillerato.
Una vez en la universidad era más complejo seguir compitiendo pero no dejó el deporte.
Sin embargo, al graduarse de la escuela de derecho abrió su bufete y comenzó una nueva etapa.
Los caballos eran sus mejores amigos y esos aliados perfectos para cuando el estrés abrumaba.
La granja de las controversias y elogios G&C Farm
Un oasis en Florida, una bandera de Venezuela que ondeaba de un lado a otro como símbolo de orgullo.
Una pareja que decidió materializar el sueño de la infancia y pasar de atletas a empresarios ecuestres. Eso fue G&C Farm. El proyecto de Gustavo y Carolina Mirabal.
Una granja que muchos no creían posible porque se trataba de una pareja haciendo algo que en Florida muchos hacen.
Sin embargo, ante toda duda sobre la capacidad de estos venezolanos para construir un lugar de excelencia
“Muchos dudaron de nuestra capacidad para abrir la granja pero ciertamente no conocen la determinación de Gustavo”, contó su esposa Carolina Chapellín Mirabal.
Y es que la determinación de Gustavo Mirabal ha hecho que sus proyectos tengan éxito.
Sucedió con su carrera como jinete la cual dio como resultado victorias en todos los certámenes en los que participó.
“Tuve la oportunidad de competir en muchos eventos amateur y salir ganador en todos ellos, lo cual me alegra mucho porque pude dejar en alto a mi país Venezuela”, sostuvo.
De la mente a la realidad
El centro de entrenamiento G&C Farm en 2009 es sin duda su sueño cumplido.
G&C Farm se convirtió en referencia del hipismo a nivel internacional.
Atletas venezolanos y extranjeros volaron hasta Florida para ser entrenados en ella y así mejorar sus posiciones en el ranking mundial de la Federación Ecuestre Internacional (FEI).
La cual contaba con el apoyo de grandes jinetes olímpicos como Mark Bluman, Nelson y Rodrigo Pessoa entre otros.
Quienes se encargaban de pulir a los atletas para elevar su rendimiento deportivo, incluido el propio Gustavo Mirabal y su esposa Carolina.
Cómodo para caballos y jinetes
El establecimiento resultó ser muy cómodo para los caballos y para los jinetes.
Tanto así que hubo quienes la consideraban el “Disney World de los sueños y pasiones ecuestres”.
En el lugar había una cancha de salto, una caminadora para ocho caballos, una caminadora individual, seis potreros. También una lavandería, un depósito de heno, un cuarto de alimentos y medicinas, apartamento de dos habitaciones para los caballerizos.
G&C Farm fue construida sobre un terreno de 4 acres -equivalente a 16.187,43 metros cuadrados-, comenzó sus actividades en 2009 en la ciudad de Wellington, Florida.
Actualmente no se encuentra operativa, pero quienes la conocieron alguna vez o entrenaron allí recuerdan que es uno de los mejores sitios en Florida para practicar la equitación.
Jinetes formados en G&C Farm | Su renombre deportivo le precede, pero su pasión son las finanzas
A lo largo del tiempo G&C Farm consiguió buena reputación en el mundo de los deportes ecuestres. Esta organización trabajó con el colombiano Mark Bluman, así como con los brasileños Nelson, Rodrigo y Helio Pessoa. También fue campeona en las carreras de exhibición con los venezolanos Luis Miguel Martínez, Gustavo Arroyo, Luis Fernando Larrazábal y Pablo Barrios.
Especialmente su apoyo a Barrios, lo llevó al top 25 en el ranking mundial. Para el año 2015, Gustavo Mirabal estableció una sociedad con el atleta olímpico español Sergio Álvarez Moya.