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Estados Unidos pretende aliviar sanciones a Venezuela por petróleo

Tras la ruptura de relaciones diplomáticas en 2019, ante el desconocimiento electoral de Nicolás Maduro… Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela se encuentran rotas.

A este malestar político se suman las sanciones impuestas a la nación caribeña, que trajo como consecuencia una ausencia importante del crudo venezolano.

Desde entonces Irán y China son los únicos que le compran petróleo al país.

Alianzas estratégicas para castigar a Putin | Estados Unidos pretende aliviar a Venezuela

Ahora que explotó la guerra entre Rusia y Ucrania, Estados Unidos quiere cortar con la dependencia del petróleo ruso así como del gas.

Y, aunque tiene sus reservas sigue empeñado en hacer alianzas estratégicas que garanticen un suministro permanente.

No obstante, también se ha dado a la tarea de sancionar la nación que dirige Vladimir Putin.

Lo primero que la Casa Blanca hizo para castigar a los rusos fue aliarse con Canadá y la Unión Europea para excluir siete bancos clave del sistema de pagos interbancarios Swift.

También acordó cortar los canales de financiación y negar el acceso a los mercados de capitales al Kremlin, sus empresas públicas y los bancos rusos.

¿Qué es el Swift y por qué importa tanto?

La Society for World Interbank Financial Telecommunication, más conocida por sus siglas Swift, es una cooperativa de sociedades financieras, la mayoría bancos, que determina los códigos necesarios para realizar o recibir cualquier transferencia internacional.

Fue creada en Bruselas en 1973, pero solo entró en funcionamiento en 1977 cuando comenzaron a enviarse los primeros mensajes. Hoy cuenta con más de 11.000 instituciones financieras presentes en alrededor de 200 países o territorios.

Al estar excluidos los bancos de Rusia las operaciones de estos se ven seriamente complicadas porque no pueden hacer ni cobros ni pagos internacionales con el resto de entidades que utilizan este sistema.

¿En qué parte entra Venezuela en esta historia? | Estados Unidos pretende aliviar sanciones

Como parte de las medidas para aislar económicamente a Rusia, este fin de semana representantes norteamericanos visitaron Venezuela buscando una especie de concilio entre las partes.

La invasión a Ucrania ha despertado la necesidad de acotar esa dependencia del petróleo y gas ruso.

Por lo que Estados Unidos decidió tocar la puerta con las autoridades venezolanas.

Actualmente, Venezuela produce entre 700.000 y 800.000 barriles de petróleo diarios, mientras que Rusia producía casi 11 millones y exportaba casi 7 millones.

Una cifra que claramente es imposible de alcanzar, en caso que se piense que la producción venezolana cubriría la demanda.

Sin embargo, con su producción actual puede dar respuesta a un sector y cubrir hasta cierto punto.

En ese sentido, el presidente Nicolás Maduro informó pueden aumentar la producción a 1 millón de barriles diarios.

Una propuesta que, al parecer, le sonó a Estados Unidos, quien poco después de estas declaraciones envió su comitiva.

Estados Unidos pretende aliviar

Estados Unidos pretende aliviar sanciones a Venezuela por petróleo

El jefe del Programa de Energía para América Latina de la Universidad Rice, Francisco J. Monaldi sostiene que esto es bueno para Venezuela en caso que se concrete.

Alegó que si bien el país suramericano no puede enviar tanto crudo como Rusia se abre una puerta para que la producción actual incremente.

Y sobre todo, el crudo venezolano vuelva a estar en el mercado aprovechando la ausencia de Rusia.

“Después de todo los rusos tomaron buena parte del mercado que había dejado Venezuela en las refinerías del Golfo de México, donde Venezuela exportaba un monto muy similar al que en 2021 vendieron los rusos”, recordó.

Respecto a la reunión, la agencia Reuters informó que hubo pocos avances durante las primeras conversaciones entre funcionarios estadounidenses y venezolanos para lograr un alivio de las sanciones.

Ambas partes presentaron el sábado lo que una de las fuentes citadas describió como demandas “maximalistas”.

Las condiciones de ambas partes

Estados Unidos busca suministros alternativos de petróleo para llenar el vacío si pretende boicotear la industria energética de Rusia. Venezuela podría impulsar sus exportaciones de petróleo si Washington alivia las sanciones.

Mientras la nación de Simón Bolívar pidió aliviar las sanciones impuestas, la Casa Blanca buscó garantías de elecciones presidenciales libres.

Así como reformas amplias de la industria petrolera de Venezuela para facilitar la producción y las exportaciones de empresas extranjeras, además de la condena pública a la invasión de Ucrania, que Maduro ha justificado.

Una concesión de Estados Unidos sería permitir que Venezuela use temporalmente el sistema SWIFT, el cual facilita transacciones financieras entre bancos de todo el mundo.

El Dato:

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ya reveló que tanto el país norteamericano como sus aliados europeos valoran la posibilidad de un embargo total sobre el petróleo ruso.

Por otro lado, la empresa Chevron también está presionando para que se modifiquen las condiciones de comercio de petróleo con Caracas. Lo que ha enfurecido a una parte de los republicanos que critican la decisión de Biden, como el senador Marco Rubio de Florida.

El objetivo es aislar a Rusia económicamente | Estados Unidos pretende aliviar sanciones a Venezuela por petróleo

Rusia uno de los principales exportadores de petróleo y gas en el mundo. Razón por la que su economía es estable.

Sin embargo, tras la invasión a Ucrania, las naciones han pensado con cabeza fría su dependencia de los rusos.

Motivo por el cual están analizando otras maneras para adquirir el también llamado “oro negro”.

Estados Unidos es el que ha tomado la iniciativa de hablar con aliados europeos para prohibir la importación de petróleo y sus derivados a Rusia.

Trabajo que ya está haciendo el secretario de Estado, Antony Blinken.

Esto supondría un nuevo golpe a la economía rusa en represalia por la guerra en Ucrania.

Durante su estancia en Moldavia, el Secretario declaró a la cadena de noticias CNN que habló por teléfono sobre ese tema con el presidente estadounidense, Joe Biden, y otros miembros del Gobierno, según recoge EFE.

“Estamos ahora -explicó- conversando con nuestros aliados europeos y nuestros aliados para mirar de manera coordinada a la posibilidad de prohibir la importación de petróleo ruso mientras nos aseguramos de que hay una oferta suficiente de petróleo en los mercados globales. Las conversaciones son muy activas”.

De lograr esta nueva sanción a Rusia, le quitaría una gran fuente de ingresos, pero el resto del mundo podría sufrir las consecuencias.

Sin ir muy lejos, en Europa ya subieron los precios de la electricidad y el gas.

Es decir que ello podría perjudicar a la economía mundial al provocar una subida de precios de la energía, ya altos de por sí, por lo que los gobiernos occidentales se han resistido a adoptar esa medida por ahora.

Lo bueno y lo malo del cofre de guerra ruso

Rusia tiene un cofre de guerra porque se estaba preparando para un momento como este.

En este sentido, la estrategia austera de Putin también ha limitado el crecimiento económico, la inversión y la productividad, y ha priorizado las empresas estatales sobre las empresas privadas.

Además, sus ingresos comunes han retrocedido a niveles vistos por última vez a principios de la década de 2010, y la nueva inversión extranjera directa es mínima.

También es una economía que sigue anclada al petróleo y el gas, lo que la ha dejado muy expuesta a las oscilaciones de los precios mundiales de las materias primas.

Y deja ver que no ha logrado desprenderse de ello.

Por otro lado, Estados Unidos también está tratando de obstaculizar a las empresas militares e industriales rusas impidiéndoles comprar tecnología crítica, como chips de computadora avanzados.

Tras todo este conflicto y escenario económico expertos como Iikka Korhonen, consideran:

“No creo que hayamos visto nada como esto, y es mucho, mucho más severo que las sanciones de 2014”, dijo Iikka Korhonen, director del Instituto para Economías Emergentes del Banco de Finlandia y experto en los sistemas bancario y financiero de Rusia. 

 

 

 

 

 

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